Por: Víctor Poveda
Sin duda alguna los Fam Trips siempre nos dejan algún recuerdo o anécdota y siempre habrá mucho que recordar, pero en mi caso hay uno en particular que me dejó una gran enseñanza:
¡nunca olvide el cargador del celular!
A los pocos meses de haber ingresado a laborar a la empresa inició la temporada de Fam Trips y tuve la oportunidad de asistir a uno de mis primeros viajes de inspección, en esa ocasión el destino era Monteverde.
Salimos temprano de base 1 y en el camino me puse a escuchar música en el celular hasta que llegamos a la zona e iniciamos las inspecciones en los hoteles, algo que para mí en ese momento era nuevo. Hacía mis apuntes y tomaba fotos para el posterior reporte que debía preparar.
Luego de un largo día llegamos al hotel donde nos hospedaríamos esa noche, cenamos y luego algunos compañeros se fueron a jugar billar y ping-pong, pero yo solo quería irme a descansar, al llegar a la habitación veo que mi celular estaba a punto de apagarse, ya solo tenía un 5% de batería entonces fui al bolso por el cargador y sorpresa ¡el cargador se me había quedado en la casa!…
Lo que más me preocupaba era la alarma para despertarme la mañana siguiente porque teníamos que estar en el lobby del hotel a las 7:00am. Y aunque anteriormente trabajé en hotelería no confío mucho en los wake up calls, entonces bajé a buscar al compañero con quien compartía habitación y le dije que el celular se me había descargado y que ya me iba a acostar. Él me dijo –¡tranquilo mae, descanse! entonces me fui a la habitación a dormir, ya el problema estaba resuelto, mi buen compañero iba a poner la alarma de su celular y me iba a despertar.
Al día siguiente abro los ojos y lo veo a él ya listo y terminando de cerrar su bolso y cuando me vio me dijo –¡mae le quedan 10 minutos lo veo abajo! Y sí, eran las 6:50am y teníamos que estar en el lobby a las 7:00am y yo aún cobijado. Él se despertó, se bañó, se terminó de alistar y creo que en su mente nunca estuvo la idea de despertarme… Me bajé de la cama en modo Flash y efectivamente a las 7:03am yo estaba listo en el lobby, aunque no lo crean sí me bañé y bien, digno de un Guinness.
Desde ese día cada vez que voy de viaje me aseguro de llevar no solo el cargador sino también una batería portátil, pues mi buen amigo me enseñó a no confiarle el sueño a nadie y menos irme sin el cargador. Definitivamente una anécdota que nunca olvidaré y claro siempre le reclamé a nuestro ex compañero Carlos Chaves quien formara parte del proceso de Producto que no me despertara ese día.
