Por: Erick Bejarano
Ingresar a laborar a Cielo Azul fue todo un reto para mi familia y mi persona. Recién terminaba de laborar para un tour operador en San José, del cual había formado parte por 8 años, cuando recibí la llamada de la corporación Swiss. Dicha llamada no fue sorpresa. En realidad, para ese tiempo intentaba ayudarle a una ex colaboradora para que obtuviera una oportunidad en Swiss Travel, por lo que había hecho algunas llamadas y correos a la coordinadora de RRHH de Swiss en aquel tiempo.
Cuando me llamaron pensé que era para ese motivo, pero en realidad era para ofrecerme la valiosa oportunidad de laborar para esta gran compañía. No lo tenía en mente, de hecho, ya estaba comprometido con una organización turística gubernamental y tenía fecha de ingreso, sin embargo, quise ver que me ofrecía la corporación Swiss Travel.
Había estado en Guanacaste solo en una oportunidad en mi vida, por una semana, casi no recordaba cómo era la zona ni tampoco otros detalles que fui descubriendo con el paso de casi 12 años de residir en este paraíso. Obviamente muy distinto a mi querido Desamparados, pero lo bello de esta provincia y su gente, facilitaron la adaptación.
Cuando me dispuse a venir a conocer Cielo – Swiss Guanacaste, estuve a punto de echarme para atrás. Francisco Urcuyo me llevó al Ato de Pavas para tomar una avioneta y cuando nos subimos en aquella lata de sardina -de una compañía aérea que ya no existe-, estuve a punto de desmayarme, era muy pequeña y no cabía un alma más. Por lo que le dije al Sr. Urcuyo que ahí me bajaba y que no venía a Guanacaste.
Por lo lleno del avión me dio pena levantarme de adelante e incomodar a todos los pasajeros, mientras salía por la puerta de atrás y porque me persuadieron, me quedé ahí sentado pasando los peores 40 minutos en el aire, que mi mente me permite recordar…Como si fuera poco, tuve que hacer un segundo viaje días después por el mismo medio, obviamente ya sabía a lo que iba y estaba un poco preparado, si se puede decir.
Para el verano del 2007, estaba aprendiendo la operación de Swiss en Ato LIR, fui con un compañero conductor a realizar un arrival. Mi compañero de jornada, me había dicho que íbamos a recoger a cuatro pasajeros del Ato hacia un Hotel en la Península de Papagayo. Una vez que estábamos esperando nuestros pasajeros, veo salir del Ato a uno de los deportistas que más he admirado, tanto por su profesionalismo, como por la calidad de ser humano, en ese momento, se me paralizaron mis capacidades, no sabía si saludarlo, pedirle un autógrafo o simplemente observarlo cuando pasaba junto a mí.
Fue un momento que ni en mis mejores sueños podría haber planificado. La sorpresa no acababa, junto a este atleta, venia su esposa, también una leyenda en su rama, definitivamente alguien de quien sabía bastante porque había seguido la carrera de ambos, tanto por mi afinidad al deporte en general, como mi gusto por esa disciplina en aquellos tiempos.
Esos segundos se convirtieron en nanosegundos, atine a decirle unas palabras de saludo indicándole mi admiración y saludando a sus dos niños por sus nombres, – tengo que reconocer que así de fiebre era hace 12 años por ese deporte- que me sabía toda la información de ellos, nombres reales, ex parejas, nombre de sus dos hijos.
Para terminar esta historia con broche de oro, les puedo contar que los pasajeros que estábamos esperando eran esa familia, no lo sabía hasta que el conductor me indicó, al verlos que eran ellos. Sí, los famosos tenistas André Agassi, Steffi Graf y sus hijos Jaden Gil y Jaz Elle. Los tuvimos en nuestra unidad y por largos 50 minutos pude ver por el retrovisor sus caras, talvez un poco asustadas porque no dejé de observarlos durante todo el camino, en ese momento, me sentí como un niño nuevamente, sentí emoción, ilusión y admiración en su máximo. Difícil contenerse y haberse comportado como se suponía que tenía que hacerlo, el nuevo coordinador regional de Cielo Azul Guanacaste.
Un par de años más tarde, atendíamos Expotur, el ICT a través de su departamento de prensa nos encargó llevar de gira por Guanacaste a una actriz famosa, había sido esposa de Tom Cruise. Y por los detalles que nos pasaban del ICT era un cliente de alto perfil de la cual debíamos ocuparnos personalmente por varios días.
Para dicha gira, la tarea nos correspondió a Juan Carlos López (La bolsa) y mi persona, estábamos alertas por el impacto positivo que podía generar para nuestra empresa estos servicios: exposición, publicidad y referencia ante la más alta entidad gubernamental del país.
Las reuniones iban y venían, estudio de los pasajeros y la advertencia a la “bolsa” que cuidado salíamos con una chayotada.
Una vez que recibimos los pasajeros, en el segundo dia de traslados, la confianza fue total, pasamos a una venta de pollo frito para que la ex esposa de Tom Cruise, la Sra. Mimi Rogers probara unas empanadas llenas de grasa y que tenían tal vez un par de días de estar en esa urna. A ella y a su familia le encantaron, al punto que hubo que pasarlas en otra ocasión a que llevaran empanadas al Four Seasons para cenar.
En otro día de la gira, Juan Carlos con un inglés de señas y ademanes, nos hizo un traslado a Punta Islita divertidísimo, nos contaba chistes que hicieron sonar carcajadas en esa móvil, ese dia tuve un aprendizaje importante, al ver a mi compañero con la barrera del idioma esforzarse para hacer agradable ese momento, supe que cuando se tiene la actitud correcta, no hay barrera que nos impida hacer lo que nos proponemos.
Hoy dia, estoy a mes y fracción de cumplir 12 años de laborar para Swiss Travel Corporación, he aprendido mucho, tanto en el plano profesional como humanístico, lo cual le debo a esta gran empresa, espero poder laborar muchos años acá, solo el futuro lo dirá, lo cierto es que este donde este, llevare con gran cariño a esta gran familia que tanto me ha dado.